27/03/2025
Hace poco más de un año, la declaración de zona tensionada en Cataluña se presentó como una solución para facilitar el acceso a la vivienda en 171 municipios. Sin embargo, los datos actuales confirman lo contrario: la oferta de viviendas disponibles ha caído en más de 40.000 inmuebles, lo que representa un descenso del 25%, mientras que la competencia por encontrar un hogar se ha disparado, con más de 300 inquilinos peleando por cada vivienda disponible.
Derrumbe del mercado del alquiler en Cataluña
En 2023, la comunidad lideraba el mercado con 154.663 inmuebles, descendiendo hasta la tercera posición en 2024, superada por la Comunidad de Madrid y por Andalucía. Según datos del Observatorio del Alquiler, la reducción de la oferta en este último año ha sido de 39.785 viviendas, situándose cerca de comunidades autónomas como el País Vasco o Asturias, donde la amenaza de nuevas regulaciones ha provocado efectos similares.
“El desplome de la oferta no es una sorpresa”, explica Antonio Carroza, presidente de Alquiler Seguro, “en todas las ciudades donde se han aplicado medidas similares, como Berlín, el resultado ha sido el mismo: los propietarios retiran sus inmuebles del mercado o buscan alternativas”, añade.
Competencia entre inquilinos
La falta de oferta ha generado mayor competencia entre inquilinos por acceder a una vivienda. En 2023, una vivienda en Cataluña recibía 65 interesados por vivienda en un plazo de 10 días. A finales de 2024, el número se disparó hasta las 331. En el caso de Barcelona, la provincia más afectada, la presión pasó de 81 interesados a 421, llegando, en ocasiones, a recibir más de 2.000 candidatos para acceder al alquiler.
Este efecto también se extendió, aunque en menor medida, a otros territorios de la comunidad autónoma. En provincias como Girona, la presión también creció pasando de los 32 hasta los 104 interesados. Por su parte, Tarragona experimentó un aumento de los 13 a los 92 interesados por vivienda.
Impacto en el empleo en Cataluña
La declaración de zona tensionada en Cataluña también ha tenido consecuencias para los profesionales del sector. “La destrucción de la oferta de alquiler residencial, provocada por la Ley de Vivienda y la declaración de zonas tensionadas, ha contribuido directamente a la destrucción de empleo en Cataluña”, concluye Carroza.
