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¿Quién paga la calefacción en una vivienda de alquiler?



Al alquilar una vivienda, es normal que surjan dudas sobre quién asume ciertos gastos, especialmente ahora con la llegada del invierno, muchos se preguntan quién se encargará de pagar la calefacción. Esto puede variar según el contrato, el sistema de calefacción que haya en la vivienda y la normativa vigente.

En este artículo, aclararemos quién es responsable de pagar la calefacción en una vivienda de alquiler y qué aspectos se deben tener en cuenta.

Tipos de calefacción

El tipo de calefacción de una vivienda puede determinar a quien le corresponden los gastos.

  • Calefacción individual: En este caso, el inquilino suele ser el responsable de pagar el consumo, ya que es él quién utiliza y gestiona cuándo usarla. Esto es independiente al sistema del que disponga la vivienda (gas natural, electricidad o gasóleo). El arrendatario deberá pagar este suministro directamente a las compañías energéticas.
  • Calefacción central: Si la vivienda cuenta con un sistema centralizado, los gastos de calefacción pueden estar incluidos en los gastos de comunidad, que generalmente son responsabilidad del propietario.
  • Sistemas alternativos (calderas de biomasa, aerotermia, etc.): Si el sistema es compartido, es muy importante revisar cómo se reparten los gastos según lo estipulado en el contrato y en los estatutos de cada comunidad.

Qué dice la Ley de Arrendamientos urbanos (LAU)

La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que:

  • El inquilino debe asumir los gastos por el uso de suministros individuales, como electricidad, agua o gas, salvo que el contrato indique lo contrario.
  • Los gastos de comunidad, que pueden incluir calefacción central, son responsabilidad del propietario, salvo acuerdo explícito en el contrato.

Esto indica que el contrato de alquiler es clave para determinar quién paga la calefacción.

Importancia del contrato de alquiler

Para evitar malentendidos, es fundamental que el contrato de alquiler sea claro respecto a los suministros y los gastos de comunidad.

Un contrato bien redactado debe especificar estos detalles. Si no se menciona explícitamente, se entiende que el inquilino paga los consumos derivados de su uso (calefacción individual) y el propietario asume los gastos comunes (calefacción central).

La comunicación y la redacción de un contrato claro son claves para evitar malentendidos. Tanto inquilinos como propietarios deben asegurarse de establecer los términos de forma transparente antes de firmar el acuerdo de alquiler.


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