06/09/2024
Cuando llega septiembre, muchos estudiantes se preparan para la vuelta a las clases. Para muchos, eso significa dejar sus lugares de residencia para volver a las ciudades donde asisten a la universidad. Esto genera mucho movimiento en el mercado inmobiliario, ya que la mayoría optan por vivir en pisos compartidos con otros jóvenes, y es en las semanas y meses previos al inicio del curso cuando buscan una vivienda.
Hay zonas con una alta demanda de alquiler para estudiantes, como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, así como ciudades con amplia tradición universitaria, como Salamanca, Granada o Santiago de Compostela, donde arrendar inmuebles a universitarios es una opción muy atractiva.
Se estima que en España hay más de 1,7 millones de estudiantes universitarios. La Comunidad de Madrid es donde más se concentran. Tan solo sus universidades públicas cuentan con unos 50.000 alumnos, de los que, en torno al 35%, es decir, unos 17.500 son de fuera de la región. Esto da una idea de la magnitud de las cifras que se mueven en este sector.
Pese a que existen alternativas, como las residencias de estudiantes, los pisos compartidos son la opción más popular entre los jóvenes que tienen que mudarse para continuar sus estudios. Sin embargo, la escasez de oferta y la escalada de los precios del alquiler hacen que arrendar una vivienda sea cada vez más difícil para muchas familias.
En los últimos cinco años, más de 200.000 inmuebles han desaparecido del mercado del alquiler, sobre todo como consecuencia de la incertidumbre jurídica y de la desconfianza de los propietarios, que optan por otras alternativas para sus viviendas vacías. Esto genera muchas dificultades para el mercado, ya que, junto con la creciente demanda, contribuye a las subidas de precios.
Y es que los precios se han disparado en los últimos cinco años. Por encima de los 1.000 euros, especialmente en las grandes ciudades, que se encuentran entre los destinos más populares para los estudiantes universitarios gracias al prestigio de sus centros académicos. En estos casos, alquilar si quiera una habitación se convierte en un verdadero quebradero de cabeza para muchos jóvenes y sus familias.
Además, existen otros problemas que son clásicos del mercado, pero que se han agravado en los últimos tiempos, como la proliferación de los anuncios falsos y las estafas o la alta competencia por encontrar una vivienda, que, junto con el endurecimiento de los requisitos, dificultan aún más encontrar un hogar para el nuevo curso.
Los estudiantes que buscan piso para el nuevo curso son una constante de todos los años y las dificultades siempre han convertido este proceso en una experiencia estresante. Sin embargo, cada año que pasa la situación es más difícil. Urge aumentar el parque de viviendas en alquiler para solucionar el problema de la escasez y garantizar el acceso a una vivienda para todas las familias y los jóvenes del país.
