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Fianza del alquiler: Qué es, cuánto se paga y cómo recuperarla



Cuando alquilas una vivienda, uno de los pasos más importantes es el depósito de la fianza. Según la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), este depósito es obligatorio y tiene como objetivo garantizar que el inquilino cumple con sus obligaciones. Pero ¿qué cubre exactamente la fianza?, ¿cómo se calcula?, y lo más importante, ¿qué pasos hay que seguir para recuperarla al finalizar el contrato? En este artículo resolvemos todas las dudas.

¿Qué es la fianza?

La fianza es un depósito que el inquilino debe entregar al propietario con el objetivo de que el arrendatario cumpla sus obligaciones. Entre estas se encuentra el cuidado básico de la vivienda, es decir, evitar que se produzcan desperfectos más allá del desgaste natural producido por el uso. Además, sirve de garantía para el propietario en caso de que se produjesen impagos.

A su vez, el arrendador dispone de un plazo de 30 días para depositar la fianza en el organismo correspondiente de la Comunidad Autónoma. El ingreso de la fianza fuera de ese plazo conllevará un recargo del 2% o del 5% si hubiese transcurrido más de un año.  De esta manera quedará constancia en la Hacienda Pública el inicio del contrato de alquiler.

¿Cuánto se paga?

Si se trata de una vivienda, la fianza equivale a un mes de renta, tal y como se establece en la LAU. Por el contrario, si se trata de locales comerciales u otro tipo de espacios no dedicados a la vivienda, este depósito equivaldría a dos meses de alquiler.

Sin embargo, cuando se trata de una vivienda, el propietario puede solicitar dos mensualidades de renta, en concepto de “Garantías adicionales”.

¿Cómo puedo recuperarla?

Una de las principales inseguridades de los inquilinos es si podrán recuperar la fianza. Al finalizar el contrato, el arrendatario la podrá solicitar. El propietario evaluará el estado del inmueble y determinará si es necesario descontar algo de la fianza para solucionar desperfectos o para cubrir algún tipo de deuda por parte del inquilino, ya sea de alguna mensualidad o de algún gasto de suministros.

Si todo está correcto, el arrendador deberá solicitar la devolución de la fianza a la Agencia de Vivienda Social una vez finalizado el contrato y, dispondrá de un mes para entregársela al inquilino tras la entrega de llaves.

Consejos para evitar problemas con la fianza

Revisar el contrato: Asegurarse de que las condiciones de la fianza están claramente especificadas, incluyendo las circunstancias bajo las cuales puede ser retenida.

Pruebas iniciales: Es aconsejable realizar fotografías del estado inicial del inmueble.

Comunicación constante: Si surge algún problema durante el alquiler, es mejor comunicarlo de inmediato al propietario para evitar futuros malentendidos.

Realizar una revisión final: Dejar la vivienda lo mejor posible y revisar el estado de esta antes de la evaluación del propietario.

La fianza es una parte esencial en cualquier contrato de alquiler. Es crucial entender cómo funciona y cuales son las obligaciones de ambas partes. Con una correcta gestión y organización, los problemas relacionados con la fianza se pueden evitar, asegurando una experiencia de alquiler segura y sin conflictos.


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