18/10/2019
El Euribor en mínimos históricos, los bancos anunciando a bombo y platillo las mejoras en las condiciones hipotecarias y el precio de la vivienda lleva meses bajando, situándose por debajo de años atrás. A priori parece un buen momento para comprar, pero ¿realmente es así? Hoy te explicamos por qué la mejor opción es apostar por el alquiler ¡No te lo pierdas!
FACILIDAD DE ACCESO
El alquiler, frente a la compra implica un acceso más sencillo y menos costoso ¿Qué quiere decir esto? Para firmar un contrato de alquiler necesitas mucho menos dinero que para firmar una hipoteca con el banco. Además, los tiempos de alquiler son reducidos, tanto, que en cuestión de días puedes estar disfrutando de tu nuevo hogar, mientras que los plazos para adquirir una vivienda en propiedad suelen oscilar entre los seis meses y un año, dependiendo de si es de segunda mano, o para estrenar, o el tipo de hipoteca, factores que pueden dilatar la adquisición del inmueble.
ENDEUDAMIENTO
De media, contratar una hipoteca supone tener disponible el 35% del valor de un inmueble. Así, si vas a comprar una vivienda de 100.000€ necesitas tener 35.000€ para hacer frente a la entrada, los gastos notariales e impuestos. Si no dispones de tal cantidad, lo más probable es que tengas que pedir un crédito personal, lo que incrementa enormemente tu ratio de endeudamiento.
Mientras, con el alquiler necesitas disponer de la cantidad necesaria para abonar la fianza legal, es decir, un mes de renta, la garantía adicional, en caso de haberla, el mes de renta en vigor y los honorarios de la agencia, si lo tramitas todo a través de profesionales. Por otro lado, de estas mensualidades, al finalizar el alquiler, fianza y garantía adicional, se devuelven, siempre que se haya cumplido lo pactado en el contrato. Por tanto, el desembolso para vivir en alquiler es mucho inferior y más asumible, ¿ves la diferencia?
Además, no te olvides de que firmar una hipoteca supone endeudarte con el banco durante los próximos 15, 20 o 30 años, mientras que con el alquiler de una vivienda no sólo no te endeudas, sino que puedes tener capacidad de ahorro y rescindir el contrato cuando lo necesites, esto es, no te atas a nada.
FLEXIBILIDAD
Como decíamos comprar implica estar muchos años pagando al banco el dinero que te prestó para convertirte en propietario, pero ¿qué pasa si tus necesidades cambian en ese tiempo? Un aumento de la familia, un traslado laboral, un despido… La cosa se complica.
Con el alquiler puedes adaptar tu vivienda a tu vida, buscar un inmueble mayor si te falta una habitación o cambiarte de ciudad sólo será posible con la flexibilidad de la que dispone un inquilino. Y es que no es lo mismo rescindir un contrato de alquiler y buscar una nueva vivienda que se adapte a tus necesidades, que tener que poner en venta una vivienda que compraste porque ésta ya no cumple con tus requisitos y necesidades.
TRÁMITES
Además de ser más fácil, económicamente hablando, el acceso también es más sencillos al igual que los trámites. Al comprar la visita al notario, las tasaciones y las escrituras no te las quita nadie. Sin embargo, en el alquiler tendrás que adjuntar la documentación necesaria para poder firmar un contrato de arrendamiento. Esta documentación no es compleja de recopilar pues suele tratarse de papeles que siempre tenemos a mano como: el contrato laboral, nóminas, documentos de identificación, un certificado de solvencia o recomendaciones de anteriores caseros. Lo importante es que, en todo momento al llegar a un acuerdo de alquiler, firmes un contrato 100% legal y conforme a lo dictado en la Ley de Arrendamientos Urbanos.
En los últimos años estamos experimentando un cambio en nuestros jóvenes, representados por la generación “no credit” en la que su deseo ya no se basa en tener propiedades e hipotecarse, sino en pagar única y exclusivamente por el uso que se hace de las cosas, así podemos afirmar que más de 11 millones de jóvenes entre los 20 y los 39 años que ya han interiorizado una cultura del alquiler.
Y ahora qué opinas ¿comprar o alquilar?