18/08/2016
Como bien sabéis en el blog nos encanta daros consejos de decoración para vuestras viviendas de alquiler, ya seáis propietarios o inquilinos, lo importante es que vuestra vivienda luzca siempre bien. Hoy centramos nuestra atención en las cocinas. ¿Sabíais que también podéis ponerlas a la última? Sigue leyendo.
Limpieza general
Comenzamos a renovar la cocina de vuestra vivienda de alquiler, para ello es esencial una limpieza general en la que te líes la manta a la cabeza, y tomes la decisión en firme, de tirar esos cacharros viejos, las sartenes sin teflón y por supuesto, todos los por si acaso que acabamos acumulando en los cajones.
Recuerda, para una buena distribución y organización, los objetos grandes siempre tienen que estar en los muebles más altos, así aprovecharemos mejor los espacios.
Contraste de color
Si tienes una cocina pequeña, siempre es recomendable que esta tenga las paredes y muebles en blanco, dará amplitud y luminosidad. Para los más arriesgados, amantes del DIY (Do it yourself) y de economizar al máximo, os proponemos dar toques de color usando washi tape. Este celo decorativo de origen japonés, no sólo es barato sino que es reversible y transforma por completo los espacios.
El mueble que todo lo cambia
¿Tienes una cocina americana? Diferencia espacios adquiriendo un mueble multiusos y utilizado como una isla. Económicos y muy prácticos, harán que la cocina de tu vivienda de alquiler parezca otra y además, te permitirá tener un mayor almacenaje.
Aliados que dan espacio
Las estanterías y los ganchos son excelentes accesorios para decorar las paredes de la cocina de tu vivienda de alquiler y además sin saturarlos en exceso de cosas, pueden convertirse en un complemento ideal de decoración.
Los detalles importan
Una cesta de mimbre, un frutero con estilo, un delantal llamativo y como no, un trapo de cocina a juego. Todos estos elementos, básicos y esenciales en tu cocina, pueden marcar la diferencia si sabemos distribuirlos correctamente. Os dejamos un ejemplo.
Y vosotros, ¿con qué os atrevéis? ¡Candádnoslo!