18/12/2012
La semana pasada el Gobierno presentó su Plan de Vivienda 2013-2016, una “apuesta por el alquiler”aunque aún alejada de lo que esperábamos. Lo más destacable del borrador son las siguientes ayudas:
Subvención directa al alquiler, no por IRPF. Esto quiere decir que las ayudas serán como un “descuento” al alquiler mensual, un ejemplo: si un piso cuesta 600 euros al mes, el Gobierno podría llegar a pagar 200 euros al inquilino.
Solo se aplicará a alquileres cuya renta sea igual o inferior a 600 euros mensuales. Según los datos de Alquiler Seguro, el precio medio del alquiler en Madrid a noviembre de 2012 era de 525 euros, Barcelona, algo más caro, en torno a los 575 euros, Sevilla y Valencia entre 400-350 euros respectivamente.
No podrá concederse la ayuda a aquellos que tengan una vivienda en propiedad, cobren otro tipo de ayudas o tengan relación de parentesco con el arrendatario. Los inquilinos divorciados, por ejemplo, que no puedan hacer uso de su vivienda en propiedad sí podrán optar a las ayudas.
El límite será de 2.400 euros anuales por vivienda y se concederán por un período máximo de dos años. Es decir, si hacemos cálculos en las mejores condiciones posibles, un inquilino que paga 600 euros de alquiler al mes y recibe las ayudas durante los 24 meses de máximo, percibirá el 33% del total de la renta, esto es, 200 euros al mes. Los alquileres más beneficiosos aquellos que oscilen entre 350-400 euros ya que las ayudas alcanzarían el 50% de la renta
El Plan establece que serán las Comunidades Autónomas las que fijen el nivel de ingresos exigidos para conceder las ayudas, por lo que serán los gobiernos autónomos los que decidan a quién asignan las subvenciones, en función del nivel de renta medio de cada región.
Estas medidas no resultan nada novedosas, es más, suenan a la misma historia de la Renta Básica de Emancipación, aquella norma que puso en marchar el Gobierno anterior, destinada a un sector muy concreto de la población y que provocaron numerosas deficiencias en el mercado de alquiler.
De acuerdo con las recientes declaraciones de nuestro presidente, si definitivamente se ejecuta el plan con los datos que tenemos, volvemos a caer en el mismo error al establecer de manera directa estas ayudas, pues solo pueden provocar situaciones tan arriesgadas como el “fraude, la economía sumergida y la subida artificial de los precios”.
Lo interesante del Plan de Vivienda 2013-2016 es que busca ofrecer una alternativa eficaz a la compra-venta, aunque lo recomendable sería que se articularan las subvenciones vía IRPF, de esta manera se lograría que el mercado de alquiler no se distorsionase, evitando así posibles chanchullos.